LITERATURA EN LA RED
Cada día hay más literatura en la red. Poemas, cuentos, entrevistas a escritores, congestionan el ciberespacio de tal manera que muchas veces a los lectores les resulta difícil –y hasta agobiante- saber por dónde seguir. Es tal vez lo mismo que nos pasaba antes cuando entrábamos a una biblioteca enorme. ¡Tantos libros y uno con una vida tan corta! Hoy, las ventajas de que las obras de tantos autores estén a nuestro alcance con sólo conectarnos a la red van mano a mano con nuestra imposibilidad de leerlos todos y, también, de enterarnos quiénes de ellos son los más notables, los más innovadores, las mejores promesas o, simplemente, aquellos que más nos gustarían.
Sin embargo, a veces uno descubre algún camino para aliviar la búsqueda. International Literary Quarterly es uno de esos caminos. Una revista literaria trimestral, con autores de los más distintos rincones del planeta, que en cada número presenta nuevos textos, traducciones y entrevistas. Creada en noviembre de 2007, uno de los objetivos de Interlitq -como la llaman los escritores- es publicar la mejor literatura contemporánea y celebrar su enorme diversidad. Peter Robertson, fundador de la revista, concibió la original idea de una publicación en Internet en la que los editores fueran también escritores, “rompiendo así la división innecesaria del proceso creativo”. Casi dos años después de lanzada la revista, Robertson ha logrado su objetivo: hoy Interlitq cuenta con más de cincuenta destacados escritores de diversas nacionalidades, que a la vez son editores de la revista. Ariel Dorfman, Stephen Booth, Annette Kolodny, Julia Kristeva, Martha Nussbaum y la argentina –y cordobesa- María Teresa Andrueto, son sólo algunos de ellos.
Uno de los grandes logros de Interlit es haber logrado, en poco tiempo, publicar en un mismo lugar en Internet, literatura de diversos países. Así, si bien el primer número de la revista contaba sólo con trabajos de escritores escoceses reconocidos, en su segundo número presentó autores de Pakistán, Irán, Egipto y Estados Unidos; para el sexto contó con escritores de Chile, Rusia, Turquía, Darfur, Argentina e India; y, para el próximo número, que será el octavo, publicarán trabajos en ruso y castellano, mientras que para celebrar el noveno, publicarán un poema del poeta inglés Richard Burns, traducido a más de cuarenta idiomas.
Peter Robertson, un escocés educado en la Universidad de Cambridge, que desde hace algunos años vive la mitad del año en Buenos Aires y la otra mitad en Londres, es escritor y traductor. Ha traducido a Pierre de Ronsard, Paul Eluard, Rubén Dario, Maurico Wacquez y Rosalia de Castro y, ahora, avanza en una traducción de Jorge Luis Borges. “Creo que Interlitq ha logrado la meta de que personas de distintas culturas confluyan en un mismo lugar, y de ayudarlas a tener algunos atisbos de vidas y modos de ver el mundo distintos a los propios”, afirma este escocés enamorado de Argentina y que, en 2007, fue nombrado “Fellow” de la Royal Society of Arts. Como fundador de la revista, Peterson dice que otro de sus objetivos es lograr que literatura de gran calidad –y escrita en todos los géneros, y en los más diversos idiomas- sea accesible en Internet sin costo alguno.
Además de buena literatura, cada nuevo número de Interlitq está ilustrado por distintos artistas plásticos, también de países diversos. Otra de las metas de la revista es publicar cada vez más traducciones, para no caer en una publicación etnocéntrica. Se trata, en suma, de un esfuerzo editorial admirable que, como afirma su fundador, “acerca a la gente a través de a literatura, al mismo tiempo que contribuye a fomentar la idea de que somos todos distintos y a celebrar nuestra diversidad.”
Sin embargo, a veces uno descubre algún camino para aliviar la búsqueda. International Literary Quarterly es uno de esos caminos. Una revista literaria trimestral, con autores de los más distintos rincones del planeta, que en cada número presenta nuevos textos, traducciones y entrevistas. Creada en noviembre de 2007, uno de los objetivos de Interlitq -como la llaman los escritores- es publicar la mejor literatura contemporánea y celebrar su enorme diversidad. Peter Robertson, fundador de la revista, concibió la original idea de una publicación en Internet en la que los editores fueran también escritores, “rompiendo así la división innecesaria del proceso creativo”. Casi dos años después de lanzada la revista, Robertson ha logrado su objetivo: hoy Interlitq cuenta con más de cincuenta destacados escritores de diversas nacionalidades, que a la vez son editores de la revista. Ariel Dorfman, Stephen Booth, Annette Kolodny, Julia Kristeva, Martha Nussbaum y la argentina –y cordobesa- María Teresa Andrueto, son sólo algunos de ellos.
Uno de los grandes logros de Interlit es haber logrado, en poco tiempo, publicar en un mismo lugar en Internet, literatura de diversos países. Así, si bien el primer número de la revista contaba sólo con trabajos de escritores escoceses reconocidos, en su segundo número presentó autores de Pakistán, Irán, Egipto y Estados Unidos; para el sexto contó con escritores de Chile, Rusia, Turquía, Darfur, Argentina e India; y, para el próximo número, que será el octavo, publicarán trabajos en ruso y castellano, mientras que para celebrar el noveno, publicarán un poema del poeta inglés Richard Burns, traducido a más de cuarenta idiomas.
Peter Robertson, un escocés educado en la Universidad de Cambridge, que desde hace algunos años vive la mitad del año en Buenos Aires y la otra mitad en Londres, es escritor y traductor. Ha traducido a Pierre de Ronsard, Paul Eluard, Rubén Dario, Maurico Wacquez y Rosalia de Castro y, ahora, avanza en una traducción de Jorge Luis Borges. “Creo que Interlitq ha logrado la meta de que personas de distintas culturas confluyan en un mismo lugar, y de ayudarlas a tener algunos atisbos de vidas y modos de ver el mundo distintos a los propios”, afirma este escocés enamorado de Argentina y que, en 2007, fue nombrado “Fellow” de la Royal Society of Arts. Como fundador de la revista, Peterson dice que otro de sus objetivos es lograr que literatura de gran calidad –y escrita en todos los géneros, y en los más diversos idiomas- sea accesible en Internet sin costo alguno.
Además de buena literatura, cada nuevo número de Interlitq está ilustrado por distintos artistas plásticos, también de países diversos. Otra de las metas de la revista es publicar cada vez más traducciones, para no caer en una publicación etnocéntrica. Se trata, en suma, de un esfuerzo editorial admirable que, como afirma su fundador, “acerca a la gente a través de a literatura, al mismo tiempo que contribuye a fomentar la idea de que somos todos distintos y a celebrar nuestra diversidad.”
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